viernes, 19 de febrero de 2016

La Seguridad Ciudadana y la tecnología de georeferenciación

Lima - Perú.- Querer enfrentar aquello que se desconoce es claramente uno de los errores más comunes cuando se trata de hacerle frente a la inseguridad ciudadana.
En los últimos años, nuestro país ha presenciado un crecimiento de su economía a un ritmo sostenible y permanente. Ello sin duda alguna ha traído consigo el desarrollo de muchos sectores, como el de la gastronomía, el turismo, la moda, la agro-exportación, etc. Las inversiones privadas han ido en aumento, y con ello nuevos puestos de trabajo, más liquidez, un mayor poder adquisitivo, es decir, una economía más dinámica. Pero como en toda sociedad que ve desarrollar sus mercados, la inseguridad ciudadana, traducida como delincuencia común, robos, asaltos, secuestros, agresiones, que en algunos casos terminan en homicidios, ha visto engrosar sus índices. Sumado a la inseguridad que acompaña a toda economía en crecimiento, la percepción que tienen los ciudadanos en relación a los niveles reales de inseguridad, han crecido exponencialmente. Es decir, vivimos en una sociedad que tiene una alta sensación de inseguridad, la misma que sobrepasa a los propios hechos que la generan.
La creciente percepción de la ciudadanía en torno a la inseguridad no es sino el resultado de una estrategia inadecuada por parte del Estado para hacerle frente a la violencia criminal. Y es que no basta con disminuir los hechos delictivos que ocurren en una sociedad, sino que quizá sea más importante mostrarle al ciudadano que el Estado está cerca de él, que hay cada vez menos lugares que representen un riesgo, que ante un hecho criminal la respuesta será inmediata, que frente a la acción delictiva habrá una acción rápida del Estado para proteger al ciudadano, como vigilar su entorno, así como perseguir y sancionar al delincuente.
Ahora, para que una estrategia en favor de la seguridad ciudadana sea adecuada y funcione, lo menos que un Estado puede hacer es definir claramente los roles y las responsabilidades de cada una de sus instituciones implicadas en el tema, es decir, de la Policía Nacional, el Ministerio Público, el Poder Judicial, los sectores de educación y salud, los gobiernos locales,  etc. Cada uno de ellos cumple un rol específico, que debe complementar la estrategia global que se plantee, sea de la parte preventiva, persecutoria o sancionadora. No hay ni medios roles ni medias responsabilidades. La respuesta del Estado debe ser la respuesta de un Sistema, no de sectores aislados. Debe funcionar tal y como funciona cualquier sistema del cuerpo humano, por ejemplo, el sistema digestivo. De nada sirve tener un excelente estómago si el esófago o incluso la lengua fallan, o si los intestinos no trabajan acorde a lo que se ingiere. Es decir, no basta que los órganos funcionen bien, sino que deben funcionar sincronizada y armoniosamente entre sí, formando un verdadero sistema, si se desea un buen resultado.
No obstante, no basta con tener un excelente sistema si al final no se tiene claro para qué sirve ni contra qué se va a enfrentar. En sociedades como la nuestra, es poco lo que se ha apostado a la sistematización de la información. Cada día un sinnúmero de instituciones del Estado, como la PNP, el Ministerio Público, el Poder Judicial, los Municipios, los sectores de Educación y Salud, etc, producen información relacionada a seguridad ciudadana. Por ejemplo, la policía recibe diariamente, a través de cada comisaría, cientos de miles de denuncias sobre robos, agresiones, secuestros, violaciones, homicidios, etc.  Sin embargo, estos datos no se sistematizan ni ordenan. Incluso estas cifras son desconocidas por los propios organismos policiales superiores. Los datos recibidos y procesados en una comisaría son desconocidos por otra.  Mucho menos, todos estos datos son de conocimiento oportuno de las autoridades locales que dirigen y presiden los Comités de Seguridad Ciudadana. Entonces, ¿cómo pueden estas autoridades tomar decisiones trascendentales si no cuentan con información en materia delictiva proveniente de primera fuente?, ¿cómo establecer una adecuada política de seguridad ciudadana ni se desconoce la situación del delito en su circunscripción?, ¿cómo definir una política preventiva frente a lo incierto?
Es en este escenario que contar con un Sistema de Información Georeferenciado sobre violencia, drogas y delitos se hace necesario, como una herramienta para la mejor toma de decisiones, que posibilita el mejor uso de los recursos del Estad
o y genera un contexto adecuado para la implementación de políticas públicas en materia de seguridad ciudadana, transversales a los diferentes sectores vinculados al tema, no sólo a la persecución ni sanción de los delitos, sino principalmente a aquellos que tienen como tarea primordial la prevención.
Un Sistema de Información Georeferencial (SIG) es la integración de cuatro componentes: el hardware o equipos tecnológicos, el software o programas como la plataforma informática que sostiene el Sistema, las bases de datos o información que recaban las instituciones del Estado relacionadas a seguridad ciudadana, y finalmente los datos geográficos y cartográficos como mapas y geo-posicionamiento, que servirá para identificar cada hecho delictivo, de violencia o drogas en un lugar específico. El SIG, ya con la información ingresada, posibilitará desplegar, en todas sus formas, esta información, es decir, la mostrará en estadísticas, mapas delictivos, cuadros de tendencias, zonas de riesgos, etc. Con ello, la autoridad encargada de enfrentar la inseguridad sabrá, en tiempo real, contra qué se enfrenta. Asimismo, conocerá la magnitud, tendencia, frecuencia, modalidad, etc., de cada hecho delictivo. Todo ello le permitirá contar con la suficiente información que le permita decidir el mejor uso de los recursos, tanto financieros como humanos, es decir, sabrá en qué zona se requiere invertir, dónde se necesita mayor presencia policial o de serenazgo, si hace falta el uso de algún vehículo (moto, auto o camioneta), si es preciso la construcción de un puesto de auxilio rápido (PAR), etc. Pero también podrá identificar las potencialidades con las que se cuenta para enfrentar los problemas de seguridad.
La seguridad ciudadana es un elemento primordial para el desarrollo sostenible de cualquier sociedad. Sin seguridad no hay progreso ni inversión posible. Apostar entonces por la seguridad es apostar por el desarrollo de nuestra sociedad. Hoy la tecnología puede ayudar en esa labor.
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Dimitri Senmache Artola
senmache@gmail.com
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