La Seguridad Ciudadana y la tecnología de georeferenciación
Lima - Perú.- Querer enfrentar aquello que se desconoce es claramente uno de los errores más comunes cuando se trata de hacerle frente a la inseguridad ciudadana.
En los últimos años, nuestro
país ha presenciado un crecimiento de su economía a un ritmo sostenible y permanente.
Ello sin duda alguna ha traído consigo el desarrollo de muchos sectores, como
el de la gastronomía, el turismo, la moda, la agro-exportación, etc. Las
inversiones privadas han ido en aumento, y con ello nuevos puestos de trabajo,
más liquidez, un mayor poder adquisitivo, es decir, una economía más dinámica.
Pero como en toda sociedad que ve desarrollar sus mercados, la inseguridad
ciudadana, traducida como delincuencia común, robos, asaltos, secuestros,
agresiones, que en algunos casos terminan en homicidios, ha visto engrosar sus
índices. Sumado a la inseguridad que acompaña a toda economía en crecimiento,
la percepción que tienen los ciudadanos en relación a los niveles reales de
inseguridad, han crecido exponencialmente. Es decir, vivimos en una sociedad
que tiene una alta sensación de inseguridad, la misma que sobrepasa a los
propios hechos que la generan.
La creciente percepción de la
ciudadanía en torno a la inseguridad no es sino el resultado de una estrategia
inadecuada por parte del Estado para hacerle frente a la violencia criminal. Y
es que no basta con disminuir los hechos delictivos que ocurren en una
sociedad, sino que quizá sea más importante mostrarle al ciudadano que el
Estado está cerca de él, que hay cada vez menos lugares que representen un riesgo,
que ante un hecho criminal la respuesta será inmediata, que frente a la acción
delictiva habrá una acción rápida del Estado para proteger al ciudadano, como vigilar
su entorno, así como perseguir y sancionar al delincuente.
Ahora, para que una estrategia
en favor de la seguridad ciudadana sea adecuada y funcione, lo menos que un
Estado puede hacer es definir claramente los roles y las responsabilidades de
cada una de sus instituciones implicadas en el tema, es decir, de la Policía Nacional,
el Ministerio Público, el Poder Judicial, los sectores de educación y salud, los
gobiernos locales, etc. Cada uno de
ellos cumple un rol específico, que debe complementar la estrategia global que
se plantee, sea de la parte preventiva, persecutoria o sancionadora. No hay ni
medios roles ni medias responsabilidades. La respuesta del Estado debe ser la
respuesta de un Sistema, no de sectores aislados. Debe funcionar tal y como
funciona cualquier sistema del cuerpo humano, por ejemplo, el sistema
digestivo. De nada sirve tener un excelente estómago si el esófago o incluso la
lengua fallan, o si los intestinos no trabajan acorde a lo que se ingiere. Es
decir, no basta que los órganos funcionen bien, sino que deben funcionar
sincronizada y armoniosamente entre sí, formando un verdadero sistema, si se
desea un buen resultado.
No obstante, no basta con
tener un excelente sistema si al final no se tiene claro para qué sirve ni
contra qué se va a enfrentar. En sociedades como la nuestra, es poco lo que se
ha apostado a la sistematización de la información. Cada día un sinnúmero de
instituciones del Estado, como la PNP, el Ministerio Público, el Poder
Judicial, los Municipios, los sectores de Educación y Salud, etc, producen
información relacionada a seguridad ciudadana. Por ejemplo, la policía recibe
diariamente, a través de cada comisaría, cientos de miles de denuncias sobre
robos, agresiones, secuestros, violaciones, homicidios, etc. Sin embargo, estos datos no se sistematizan ni
ordenan. Incluso estas cifras son desconocidas por los propios organismos
policiales superiores. Los datos recibidos y procesados en una comisaría son
desconocidos por otra. Mucho menos,
todos estos datos son de conocimiento oportuno de las autoridades locales que
dirigen y presiden los Comités de Seguridad Ciudadana. Entonces, ¿cómo pueden
estas autoridades tomar decisiones trascendentales si no cuentan con
información en materia delictiva proveniente de primera fuente?, ¿cómo
establecer una adecuada política de seguridad ciudadana ni se desconoce la
situación del delito en su circunscripción?, ¿cómo definir una política preventiva
frente a lo incierto?
Es en este escenario que contar
con un Sistema de Información Georeferenciado sobre violencia, drogas y delitos
se hace necesario, como una herramienta para la mejor toma de decisiones, que
posibilita el mejor uso de los recursos del Estad
o y genera un contexto
adecuado para la implementación de políticas públicas en materia de seguridad
ciudadana, transversales a los diferentes sectores vinculados al tema, no sólo
a la persecución ni sanción de los delitos, sino principalmente a aquellos que
tienen como tarea primordial la prevención.
Un Sistema de Información
Georeferencial (SIG) es la integración de cuatro componentes: el hardware o
equipos tecnológicos, el software o programas como la plataforma informática
que sostiene el Sistema, las bases de datos o información que recaban las
instituciones del Estado relacionadas a seguridad ciudadana, y finalmente los
datos geográficos y cartográficos como mapas y geo-posicionamiento, que servirá
para identificar cada hecho delictivo, de violencia o drogas en un lugar
específico. El SIG, ya con la información ingresada, posibilitará desplegar, en
todas sus formas, esta información, es decir, la mostrará en estadísticas,
mapas delictivos, cuadros de tendencias, zonas de riesgos, etc. Con ello, la
autoridad encargada de enfrentar la inseguridad sabrá, en tiempo real, contra
qué se enfrenta. Asimismo, conocerá la magnitud, tendencia, frecuencia,
modalidad, etc., de cada hecho delictivo. Todo ello le permitirá contar con la
suficiente información que le permita decidir el mejor uso de los recursos,
tanto financieros como humanos, es decir, sabrá en qué zona se requiere
invertir, dónde se necesita mayor presencia policial o de serenazgo, si hace
falta el uso de algún vehículo (moto, auto o camioneta), si es preciso la
construcción de un puesto de auxilio rápido (PAR), etc. Pero también podrá identificar
las potencialidades con las que se cuenta para enfrentar los problemas de
seguridad.
La seguridad ciudadana es un
elemento primordial para el desarrollo sostenible de cualquier sociedad. Sin
seguridad no hay progreso ni inversión posible. Apostar entonces por la
seguridad es apostar por el desarrollo de nuestra sociedad. Hoy la tecnología
puede ayudar en esa labor.
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Dimitri Senmache Artola
senmache@gmail.com
Twitter: @senmache