miércoles, 14 de agosto de 2013

Sin privacidad y con censura, ya no hay libertad ni democracia en la Internet

Lima, Perú.- Agosto, para muchos usuarios de Internet, seguramente  pasará inadvertido, pero para quienes utilizamos servicios de comunicación segura como el que ofrecía la empresa Lavabit, este mes representará un quiebre respecto a la libertad de expresión, la libertad a mantener privada tus comunicaciones, la libertad de empresa, etc. Y es que el cierre inesperado de los servicios que brindaba la empresa Lavabit representa la crónica de una muerte ya anunciada por la NSA (Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos), quienes pugnaban para que dicha empresa facilitara los datos, registros e información privada de sus usuarios, sin lograrlo.
Empecemos señalando que en los últimos años, la privacidad de las personas se ha visto vulnerada, violada e invadida no sólo por hackers ni espías informales, sino principalmente por gobiernos, en especial el Norteamericano. Este ultimo, bajo la "bandera" de "proteger los intereses" de sus ciudadanos contra "enemigos" a los que nunca señala ni describe, se ha tomado la libertad de invadir la privacidad, de violar miles y millones de cuentas en correos, perfiles públicos, foros, etc. Así es que, luego de que hiciera público, en el 2007, el Acta de Protección Americana, el Gobierno de los EEUU empezó a interceptar las comunicaciones de objetivos supuestamente sospechosos en el extranjero. De esta forma, mediante programas como Prisma, ha logrado utilizar la información contenida en los servidores de 9 de las principales compañías de comunicaciones tecnológicas del mundo, tales como Facebook, Google (gmail), Microsoft (hotmail), Youtube, Skype, Apple (ipad, iphone), AOL, PalTalk y Yahoo, logrando así convertirse en el ojo que todo lo ve y observa en el mundo virtual de la Internet.
No obstante, frente a este claro atropello a la libertad y a la privacidad, aparecieron grupos y empresas para nada dispuestas a permitir que sus servicios fueran utilizados como material para el espionaje. Así es que nacen proyectos como TOR (ofreciendo la oportunidad a sus usuarios de navegar anónimamente en la Internet) y Lavabit (ofreciendo el servicio de correo electrónico cifrado). Estos servicios, entre otros más, empezaron a ser utilizados por quienes no querían sentirse invadidos en su privacidad, y no necesariamente como se sugiere, para cometer algún acto ilegal, sino sólo para saberse no espiados.
Obviamente ello molestó a la agencia más poderosa del mundo, la NSA, pues se veían impedidos de utilizar los servidores de esas empresas para sus propósitos. Por ello, en un claro acto de prepotencia y abuso, iniciaron acciones de hostigamiento, acoso, amenaza y amedrentamiento en contra de estos servicios, llegando incluso a señalar a sus dueños o accionistas como responsables o cómplices de terrorismo o actos de enemistad contra el "pueblo norteamericano". Y ya que estos dueños son ciudadanos norteamericanos, una acusación así significaba sólo una cosa: traición a la patria.
Este constante hostigamiento ha logrado que hace unos días, el fundador y dueño de la empresa Lavabit (que dicho sea de paso, su servicio era utilizado por el ex agente norteamericano Edward Snowden, para comunicarse con la prensa) se vea obligado a suspender indefinidamente los servicios que brindaba, por temor a ser involucrado en acusaciones mayores.


Si algo igual, o siquiera similar o cercano, sucediese en cualquier país del mundo, en especial países como Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina, Uruguay, Nicaragua, Brasil, entre otros, sólo para hablar de Latinoamérica, sería noticia de primera plana, pues saldrían gobernantes de muchos países y los dueños de las grandes corporaciones de comunicación y tecnología a señalar que se está violando la libertad de expresión, de empresa y se busca violar la privacidad de los ciudadanos. Es más, saldría quizá un representante o vocero del Gobierno de los EEUU a señalar que si no se da marcha atrás, dicho país sería duramente sancionado y expulsado de la comunidad internacional. Pero como en este caso, quien viola la libertad de expresión, de empresa y la privacidad de los usuarios es el auto proclamado "guardián del mundo", entonces nadie dice nada, pues esa no es noticia que CNN o CBS deseen exponer ni replicar. 
Entre tanto, los ciudadanos de a pie, los no vinculados a estos manejos que se hace en la política internacional, seguimos pensando que somos libres, que estamos seguros, que nuestros derechos existen. La verdad es que nada de eso es cierto. Hoy estamos bajo la lupa de quienes se han auto definido como guardianes de la verdad, como vigilantes de nuestra "libertad"; es decir, todos nuestros movimientos están siendo observados por quienes se han irrogado el derecho de hacerlo.
Nadie está en contra de que cualquier tipo de acto criminal o terrorista sea rápidamente vigilado, perseguido y sancionado, y que en ciertos casos, en situaciones puntuales y bajo la autorización de un juez, el secreto de nuestras comunicaciones pueda ser levantado, pero de ahí a terminar siendo "observados" diariamente por quienes buscan información so pretexto de salvaguardar "intereses de sus ciudadanos", hay una enorme diferencia. En todo caso, el cierre de Lavabit demuestra una vez más que la ansiada libertad sigue siendo una quimera, y que el principal obstáculo para alcanzarla hoy es la falta de interés de cientos de miles de millones de usuarios que piensan que no pasa nada, que actos como los que realiza la NSA en el mundo entero, no merecen ser denunciados, expuestos ni enfrentados.

Dimitri N. Senmache Artola
Consultor experto en Políticas de Seguridad
(antiguo correo: senmache@lavabit.com)

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